La Navidad: Origen de la Doctrina Adoptada
PASCUA: La Pascua Pagana
¡AVISO! ¡DETENTE! La verdad sobre el origen
de la NAVIDAD
A continuación les invitamos a
reflexionar sobre la pureza que caracterizó y debe seguir caracterizando a la
fe cristiana. Festividad, para mucha
gente la palabra se aplica a una celebración en particular: “La Navidad”. La celebración actual de la Navidad es una
festividad solemne de carácter religioso, y a pesar de todos los adornos
comerciales de la celebración moderna, la Navidad permanece en el alma, como
una festividad religiosa. Es una época donde una deidad es recordada y honrada.
Los cristianos celebran el “nacimiento de Cristo” en el tiempo de Navidad. Se intercambian
regalos en honor del Regalo más grande alguna vez dado. Se dice que “Jesús es
la Razón de la Navidad” y se habla de
poner a Cristo en el centro de la Navidad.
Para descubrir al dios que está siendo
verdaderamente honrado en Navidad, es
necesario trazar sus orígenes paganos. Las celebraciones el 25 de Diciembre
comenzaron poco tiempo después del diluvio con el nacimiento de Tammuz como la
re-encarnación de Nimrod. Las tradiciones cristianas de hoy en día provienen
directamente de la antigua Babilonia y la Roma pagana. Los romanos paganos
honraban a Saturno con un festival que duraba una semana en diciembre llamado “Saturnalia”.
Saturno era el más cruel y malévolo de
todos los antiguos dioses paganos, y exigía sacrificios de niños. Este pagano
dios Saturno era el dios al cual los antiguos israelitas adoraban cuando estaban
en apostasía. Su representación era un Becerro. En la Biblia se hace referencia a Saturno (el
dios romano de la cosecha) como Moloc; Renfán, y Quiún (Lev 18.21; 20.2; Amós
5.26; Hech 7.43). Incluso los israelitas ofrecían sus niños en sacrificio a
este vil, y sanguinario dios.
La Navidad es una fiesta de origen
babilónico. ¿Cómo ocurrió que tal
fiesta “hoy cristiana” se relacionara con el 25 de Diciembre?
En las Escrituras no hay una sola
palabra sobre el día preciso del nacimiento de Cristo, ni sobre la época del
año en que El nació. Lo que allí se
relata implica que sea como fuere, el tiempo en que tuvo lugar Su nacimiento, no pudo ser el 25 de Diciembre.
En el momento en que el ángel anunció Su
nacimiento a los pastores de Belén,
ellos estaban pastoreando sus rebaños, de noche y a campo abierto. Sin duda, el clima de Palestina no
es tan riguroso; pero aun allí, aunque el calor del día sea considerable, el frío de la noche de diciembre a febrero es
muy penetrante, y no se acostumbraba
que los Pastores de Judea cuidaran sus
rebaños a campo abierto desde fines de octubre. Entonces, es increíble, desde
todo punto de vista, que el nacimiento de
Cristo pudiera haber tenido lugar a fines de diciembre. A este respecto, existe gran unanimidad entre los
comentaristas.
No se tiene noticia de que dentro de la
Iglesia cristiana hubiera alguna fiesta como la Navidad antes del siglo tercero
D.C., ni que ella se guardara sino
hasta bien avanzado el siglo cuarto.
Entonces, ¿cómo fijó la Iglesia romana el 25 de diciembre como el día de la
Navidad? Por esto: Mucho antes del siglo cuarto, y mucho antes de la misma era
cristiana, se celebraba una fiesta entre los paganos, exactamente en esa
época del año, en honor del nacimiento
del hijo de la reina del cielo Babilónica
[Semíramis], pudiéndose presumir
cabalmente que, con el fin de atraer a
los paganos y aumentar el número de adherentes al cristianismo, se adoptara la
misma fecha por la Iglesia romana,
dándole solamente el nombre de Cristo.
Babilonia
= “confusión”
Esta tendencia de parte de los cristianos de hacer algunas concesiones
al paganismo, se manifestó desde muy temprano; y así encontramos a Tertuliano
que, incluso en sus días, cerca del año
230 D.C., se lamentaba amargamente de la
inconsecuencia de los entonces discípulos de Cristo a este respecto, contrastando esto con la estricta
fidelidad de los paganos a su propia superstición. “Para nosotros,” dice él,
“que desconocíamos los reposos (Sabbats)
y las lunas nuevas, y las fiestas aceptables para Dios, ahora concurrimos a la
Saturnalia, a las fiestas de enero, a la
Brumalia, a la Matronalia; las ofrendas son
llevadas de acá para allá, los regalos del día de año nuevo se hacen con estrépito, y los deportes y los banquetes
se celebran con alboroto; ¡oh, cuán fieles son los paganos a su religión, pues tienen cuidado especial para
no adoptar ninguna solemnidad de los
cristianos.” Hombres rectos hicieron lo
posible para detener la marea pero, a despecho
de sus esfuerzos, la apostasía continuó
hasta que la Iglesia, con excepción de un pequeño remanente,
se sumergió totalmente bajo la superstición pagana.
Aunque los Romanos dejaron de ofrecer
sacrificios humanos tempranamente, la sangre era todavía derramada durante las celebraciones
de Saturnalia en diciembre. La Saturnalia era una celebración religiosa y todos
entendían que la sangre derramada por los gladiadores era una ofrenda
sacrificial a Saturno.
Incluso donde el sol era el objeto
favorito de culto, como lo fue en la
propia Babilonia y en otras partes, el sol era adorado en esta fiesta, no solamente como el astro del
día, sino como el Dios encarnado. Era un principio esencial del sistema Babilónico que el Sol o Baal fuera el único Dios. Por
tanto, cuando Tammuz fue adorado como el Dios encarnado, esto también implicó
que él fuera una encarnación del Sol.
Entonces, no era una mera fiesta
astronómica la que los paganos
celebraban en el solsticio de invierno. En Roma, a esa fiesta se le dio
el nombre de fiesta de Saturno , y la forma en que era celebrada allí,
demuestra de dónde provenía. La fiesta, reglamentada por Calígula, duraba cinco días, y en ella se
daba rienda suelta a la embriaguez y a
la orgía; los esclavos gozaban de una
emancipación temporal, y acostumbraban a tomarse toda clase de libertades con
sus amos. Las velas encendidas en la
víspera de la Navidad en algunas
regiones de Inglaterra, y usadas mientras
dura la fiesta navideña, eran encendidas
igualmente por los paganos la víspera de la fiesta del dios babilónico
para honrarlo, porque era una de las peculiaridades
distintivas de su culto el tener velas de cera encendidas en sus altares. Originalmente eran velas hechas de la grasa
de los cuerpos quemados de víctimas de sacrificios de niños.
El leño
[árbol] de Navidad es el tronco
muerto de Nimrod, deificado como
dios-sol, pero derribado por sus enemigos;
el árbol de Navidad es Nimrod redivivus, el dios sacrificado que vuelve a la
vida.
Hoy día se decoran con bolas luminosas
los árboles de navidad; pero lo que no se sabe es que antiguamente las bolas
que adornaban los árboles eran las cabezas decapitadas de las víctimas sacrificadas a Saturno. Otra característica
de esta antigua fiesta pagana era que se sacrificaba un jabalí (puerco).
Por esto, la cabeza del jabalí [cerdo]
todavía perdura en la cena de Navidad
en Inglaterra, cuando la razón para
ello se olvidó desde hace mucho
tiempo. Entonces, no puede haber duda de que la fiesta pagana del solsticio de
invierno, en otras palabras, la Navidad,
se celebraba en honor del nacimiento del Mesías babilónico, Tammuz. Y por esta fecha, cada rito u ornamento hace
referencia al honor que antiguamente se le rendía al dios pagano Saturno.
Incluso las imágenes de Papa Noel , o
Santa Claus, tiene una recalcada semejanza con Saturno: Un hombre Viejo con
larga barba, rodeado de niños. Saturno, el malvado hombre Viejo que exigía sacrificio de niños, aparece hoy
en la sociedad moderna con dos disfraces
adicionales: “El Viejo Padre Tiempo”; y como “la Muerte”; pero muy pocos en la sociedad moderna han reconocido que Papá
Noel; o Santa Claus, “La Muerte” con la hoz, y el “Viejo Padre Tiempo”, no son nada menos que el
más detestable de todos los dioses; Sin embargo, cualquier persona de la antigüedad
reconocería estos disfraces modernos como el mismísimo dios Saturno. Los
emblemas que identifican a Saturno son los mismos que identifican al Viejo
Padre Tiempo; y a la Muerte con la Hoz;
hoces y algo para marcar el paso del tiempo.
Hay muchas excusas que se dan hoy por
personas que se aferran a las tradiciones paganas que honran a Saturno encubiertamente
tal como la Navidad; y dicen:
“La Navidad es un tiempo maravilloso para
pasar con la familia. Estamos tan ajetreados durante el año entero que esta es
realmente nuestra única oportunidad de reunirnos todos. Además, La Navidad es
la única festividad que realmente se enfoca
en Jesús.”
“Yo sé que Jesús en realidad no nació en diciembre…
por lo que no estoy engañado. Además, no estoy a dorando ningún dios pagano,
así que está bien para mí.”Los paganos eran
ignorantes del Dios verdadero; el
Creador de todo. Ellos adoraban dioses demoníacos porque no tenían un mejor
conocimiento de la Deidad. Lo mismo puede decirse de los cristianos de hoy día.
La Biblia enseña, “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta
ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan.”
(Hechos 17.30).
Conocer que la Navidad es una festividad
de origen pagano, saber que los rituales modernos son idénticos a los antiguos ritos
paganos que honraban al aborrecible dios Saturno, y aun así clamar exoneración
del pecado es algo inconsistente con la
verdad. Si honramos de forma encubierta al sanguinario dios Saturno,
deshonramos al verdadero Dio s, Creador de los cielos y la tierra. Saturno, el
dios encubierto de la festividad Navideña, este, más que
cualquier otro dios falso, tiene atributos más parecidos a Satanás mismo. La
navidad es su festival religioso (el de Saturno-Satán). Participar en estas Celebraciones
de origen pagano es dar honor a esta maléfica deidad satánica llamada Saturno.
Las palabras de un Padre amoroso a un Israel INFIEL resuenan con más fuerza
para los cristianos de hoy día: “Como una esposa infiel […] han
torcido su camino, de Dios se han olvidado. Conviértanse hijos rebeldes, y yo
sanaré vuestra infidelidad.” (Jeremías 3.20 -22).
Participar en tradiciones paganas
deshonra al Creador. Amado lector;
retorna a tu amoroso Redentor; porque “¿qué armonía tiene el
templo de Dios con LOS IDOLOS? Por lo cual SALID de en medio de ellos y apartaos; no toquéis
lo inmundo y yo los recibiré” (2 Corintios
6.15-17).
Hijo de Dios; hoy es el día de Salir de
Babilonia; ¿Podrás Salir? (Apocalipsis 18.4 -5).
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